Cabe señalar también la influencia de Gustavo Adolfo Bécquer y la dimensión existencialista que posee este poemario.
Esta opinión quedó totalmente desmentida con la publicación en 2002 de las cartas que Pedro Salinas escribió a Katherine R. Whitmore entre 1932 y 1947.
Aunque la obra se compone de 70 poemas, fue concebida por el autor como una única composición expresada en diversos momentos.
Aparece como una fuerza creadora, con la que nacen la realidad y la belleza del mundo, todo lo prodigioso.
Incluso el propio amante cobra existencia y personalidad desde el momento en que ella lo elige entre todos.