La sonrisa del gran tentador

La sonrisa del gran tentador es una coproducción italo-británica dirigida en 1974 por Damiano Damiani.

Rodolfo acepta y se instala en la residencia en la que el prelado polaco ha vivido durante muchos años.

Rodolfo poco a poco entra en contacto con los diversos personajes que viven allí como Emily Conteras la joven directora, mujer de matrimonio fracasado y de maneras distantes; Ottavio, un joven príncipe romano seguido siempre por un enigmático jesuita; el padre Borelli, quien parece ser su protector, confesor y maestro y un obispo cubano, monseñor Pedro Márquez.

Rodolfo descubre el origen del sufrimiento individual de cada uno, la razón por la cual todos están convencidos de que deben obedecer y ser perdonados y readmitidos en la vida.

Una vez roto el hechizo por las palabras de Rodolfo, los pecadores pasan por una crisis.