[1] A diferencia de otros cuentos suyos y con finales realmente trágicos como "El soldadito de plomo" (donde el protagonista es quemado), "La pequeña cerillera" (donde la niña protagonista muere del frío del invierno) o "La sirenita" (donde la sirenita protagonista muere y no logra que el príncipe se enamore ni se case con ella), "La princesa y el guisante" sí tiene un final feliz.Todo comienza en un reino con un príncipe heredero soltero y necesitado de una princesa con la que casar.Para saber si realmente tiene la sangre azul la madre las invita a dormir en una cama con varios colchones (algunas publicaciones dan un número de 20) y bajo los cuales ha colocado un guisante.Siguiendo la tradición hospitalaria de los castillos, como la presentada por Walter Scott en Ivanhoe, la muchacha es aceptada y atendida.Después de cenar la madre manda preparar una habitación con la misma prueba del guisante.