Cullen es tan feroz como astuto, y logra evadir a sus perseguidores.
Cullen desea hacerse con tan formidable arma, pero ha sido fabricada en exclusiva para el ejército, y solo se permite su uso a los militares.
Pero a Cullen esto no le importa, pues está acostumbrado a conseguir todo aquello que desea, aunque tenga que valerse de la fuerza para ello.
Por ello, mata a dos de los soldados, y roba el arma de su capitán, escapando a continuación al interior del desierto.
Cullen prosigue entonces con su carrera criminal, asaltando bancos y robando a particulares.