El director de fotografía Néstor Almendros habla en su libro Días de una cámara de la realización del film y la iluminación natural utilizada en este: «En lo que se refiere específicamente a la iluminación, mi labor fue mínima.
El castillo donde se filmó Die Marquise von O estaba orientado de tal forma, concebido con tanta inteligencia por su arquitecto, en una sucesión de habitaciones en fila, que la luz del sol, al penetrar por los ventanales, repetía un dibujo en fuga sobre el suelo de manera maravillosa.
Nuestra tarea consistió, lo mismo que en La Collectionneuse, en estudiar las diferentes posiciones de esta luz solar —era verano— hasta descubrir su momento privilegiado estética y dramáticamente.
[...] Yo me limité a añadir en ocasiones algunos soft-lights y espejos, para compensar los contrastes.» (Almendros, 1996: 163).
La marquesa es una mujer con dos hijos; ha enviudado y vive con sus padres en un pueblo en el norte de Italia.