Es durante el cumpleaños del señor conejo que la familia se decide a partir hacia la casa de la liebre.
La costumbre entre los conejos es que el día del cumpleaños de los padres, son los hijos quienes reciben regalos y no ellos.
Por una u otra razón los conejos se sienten ofendidos del trato que reciben y ante una breve discusión son invitados a retirarse.
[2] Esta peculiaridad se repite en otros cuentos fabulosos de Vigil donde los protagonistas animales son reconocidos por alguna característica y no por un nombre propio, como es el caso del mono relojero o la hormiguita viajera.
[6] La escritora franco argentina Béatrice Kohlstedt, reconoce a La familia conejola como el primer libro de cuentos que leyó en su vida.