La colina[1] es una película británica de 1965, en blanco y negro, dirigida por Sidney Lumet, protagonizada por Sean Connery, Harry Andrews, Ian Bannen, Ossie Davis, Ian Hendry, Alfred Lynch y Michael Redgrave.
La colina en cuestión es utilizada como correctivo y castigo: ordenan a los soldados subirla y bajarla repetidas veces –como la piedra de Sísifo–, con la rígida e inflexible condición del estamento militar, esa que no admite las réplicas ni los cuestionamientos, sino la aceptación de las órdenes, aunque se consideren inconsistentes, o aunque incluso vayan a conducir inevitablemente a la muerte a los soldados (subordinados).
Por eso, el principal objetivo de vejación será Roberts (Sean Connery), porque realizó el más infame sacrilegio para la rígida mentalidad militar: no solo se negó a cumplir la orden requerida, porque pensaba que conduciría inevitablemente a la muerte de los soldados, sino que incluso golpeó a su superior.
Con exteriores rodados en España (Málaga y Almería), el director de fotografía fue el británico Oswald Morris.
Ello lo consiguen Lumet y Morris gracias a un estilo de iluminación muy moderno para la época.