La balada de Donna Helena

La grabación en sí fue dirigida por el propio Fito Páez, aunque recibió ayuda de Alejandro Maci y Roberto Mateo.El proyecto fue financiado por el diario Página 12 y se pensó hacer una segunda parte, que escribiría junto al periodista argentino Jorge Lanata, idea que nunca perduró.Este dato no fue casual, ya que el film dura media hora y terminó justamente cuando el cantante cumplía 31 años.Por un lado el infierno, interpretado en el film como un lugar para purgar las almas, en donde los que allí habitan deben mantener sus vicios terrenales para no ser enviados al abismo de la muerte eterna, y por otro lado la tierra.La historia se le complica a este delincuente cuando en el afán de robar desesperadamente un coche para saldar sus deudas, se topa con una mujer, dueña del auto, interpretada por Susú Pecoraro, quien pertenece a una especie de secta religiosa, con el poder de hacer desaparecer gente con solo disparar su cámara fotográfica.