La ascensión

Tras un prolongado tiroteo en la nieve en el que uno de los alemanes es asesinado, los dos hombres escapan, pero Sótnikov (Borís Plótnikov) recibe un disparo en la pierna.

Portnov le ofrece unirse al cuerpo de policía y Rybak empieza a considerar esa posibilidad, que garantizaría su supervivencia.

Fue ella misma quien admitió que durante cuatro meses estuvo en un estado de "monstruoso agotamiento mental y físico".

El problema surgió después: sufrió una caída desastrosa que le provocó una seria conmoción cerebral y una lesión vertebral.

Entonces me enfrenté a la muerte por primera vez, y como cualquiera en esa situación, estaba buscando mi propia fórmula de inmortalidad".

Klépikov, sin embargo, ya estaba ocupado trabajando en otro guion, pero eso no le hizo rechazar el encargo, sino que lo aceptó y solicitó posponer una semana el trabajo en La ascensión.

[6]​ La principal preocupación de Shepitko durante la adaptación del guion era conservar el contenido filosófico subyacente a la historia que se contaba en Sótnikov.

Para expresar estos estados espirituales, a menudo necesitó desviarse de la base literaria.

Teóricamente, la película podría haber respetado esta situación, pero entonces, según los guionistas, la escena se hubiese limitado a la designación de unas circunstancias: negación informativa pero mediocre en términos artísticos.

Esta leyó el guion de La ascensión y le impactó mucho más que la novela.

La principal acusación contra Shepitko consistía en que presuntamente había hecho una "parábola religiosa con tono místico" de la historia partisana, lo que se consideró como una insurrección contra del cine ateo soviético.

[10]​ Shepitko decidió que los protagonistas debían ser interpretados por actores desconocidos o poco conocidos cuyos papeles pasados no arrojasen una sombra demasiado opaca sobre ellos.

Por este motivo, la directora tuvo que rechazar a Andréi Miagkov, quien quería actuar en la película.

Este, que había trabajado en el teatro del ejército soviético durante seis años, sustituyó en una ocasión a un actor caído enfermo en la obra Sodado desconocido.

Así, Gostyujin recibió una invitación para actuar en una serie llamada Peregrinación por los caminos del dolor,[14]​ en la que interpretó a un bandido anarquista llamado Krasílnikov, papel que requería a un actor con carisma y un fuerte temperamento.

Aun así, Shepitko tenía sus dudas sobre el candidato, quien incluso con su entrenamiento como actor, todavía era exclusivamente un trabajador de escenario.

Plótnikov había atraído directamente a la directora por su constitución, sonrisa, apariencia y plasticidad, mientras que la apariencia de Gostyujin no coincidía con la forma en que Shepitko veía al personaje de Rybak.

Las primeras escenas fueron rodadas en exteriores, en campos, bosques y barrancos, a pesar de la temperatura.

Según Borís Plótnikov, la helada y la nieve virgen eran las condiciones obligatorias en las que Vasil Bykaŭ había situado el relato.

[4]​ El rodaje también se planeó de modo que se filmaron primero las escenas más fáciles a nivel psicológico y, luego, las escenas más complejas que permitieron a los actores desaparecer gradualmente en sus personajes.

Fue el actor Yuri Vízbor, protagonista del anterior largometraje de la directora Tú y yo, quien dijo: "Trabajábamos para Larisa, específicamente, personalmente para ella.

Por ejemplo, Borís Plótnikov recordó que durante el rodaje iba vestido muy ligero y rápidamente perdía la sensibilidad a raíz de los vientos fríos y cortantes en campo abierto; pero después de escuchar "¡Corten!

Ocurrió lo mismo con Vladímir Gostyujin, quien más tarde escribió: "Valió la pena "morir" en la escena y sentir su gratitud".

También dijo que apenas nadie sabía cuánto esfuerzo le dedicaba a cada fotograma.

No obstante, esto no la detuvo ni la limitó: siempre se levantaba dos o tres horas antes que el resto del equipo y se entregaba plenamente, hasta el límite de sus fuerzas, cada día de trabajo.

[13]​ Para lograr las interpretaciones deseadas por parte de los actores, ocasionalmente Shepitko hablaba con ellos largo y tendido en medio del frío.

En relación con su colaboración con Shepitko y a lo que supuso trabajar con ella, Plótnikov habló de "una reunión con un genio vivo".

Durante el primer ensayo, Shepitko incluso les echó nieve a la cara, acción con la que ella buscaba captar su atención y voluntad, así como dar textura y credibilidad a sus personajes.

Mientras Klímov se preparaba para el rodaje de la película Ven y mira (1985), se reunió con Piotr Mashérov, el primer secretario del Partido Comunista de Bielorrusia, quien apoyaba encarecidamente al director e incluso actuaba como su consultor histórico.

"[6]​ A los pocos días, La ascensión fue formalmente aceptada sin ningún tipo de correcciones.