Así, mientras Valentina entierra a su marido, Genovevo enfrenta el paredón, donde un general decide salvarle a la vida al dispararle con balas de salva, con una condición: Genovevo debe raptar a una mujer de la que se encuentra profundamente enamorado el oficial, y es nada más y nada menos que la misma Valentina.
De este modo, Genovevo se pone en marcha para cumplir con la encomienda.
No obstante, los hermanos y el padre de Valentina ya les han dado alcance y alcanzan a dispararle a Genovevo que cae herido de su caballo.
La revista Política: quince días de México y del mundo la calificó como «trágicamente estúpida y reveladora del nivel alucinante de nuestro cine comercial».
[1] Sin embargo y pese a las críticas, los dos actores protagonistas aprobaron la realización de la película.