Las condiciones climáticas de la localidad corresponden al definido como clima mediterráneo árido, con precipitaciones escasas casi todo el año que superan débilmente los 300 mm anuales, no obstante, durante los meses de septiembre y octubre se pueden producir precipitaciones torrenciales causadas por formaciones tormentosas en altura, conocidas popularmente como gota fría, pudiendo causar importantes inundaciones.
Posee plantaciones agrícolas donde predomina el secano, con cultivos como el almendro o el olivo.
Además crecen salvajes las bojas, bolagas y gandules, característicos de esta zona del mediterráneo con escasas precipitaciones.
Concretamente, pasaba cerca de la población, la vía romana que unía las ciudades de Carthago Nova (Cartagena) y Eliocroca (Lorca) y junto a ella proliferaron algunos asentamientos de poca entidad que en algunos casos corresponden al siglo III a. C. Es especialmente característica una lápida con una inscripción funeraria en latín, hallada en las inmediaciones a la vía, esta recuerda la muerte de un viajero, probablemente, no lejos del lugar en el que falleció.
La inscripción termina con la siguiente frase escrita por la hermana del fallecido: Apenas existen restos que nos permitan conocer el poblamiento de estas tierras en época árabe, pero para algunos historiadores, el nombre de La Pinilla, podría tener su origen, en los vocablos árabes "Ben-iella".
La primera ermita que aparece referenciada en 1748 en el conocido como Barrio del Fortín de la pedanía.