Afortunadamente todo se arregla con un asalto en el que muere uno de los criminales y otro es herido.
Poco tiempo después, el servicio de inteligencia informará que el avión del mandatario judío ha desaparecido en Líbano.
Además, Sam sospecha que ha sido su propio gobierno quien han ordenado la muerte del ministro de Qumar.
Entre otras, la de evitar que el senador Ritchie prohíba dar gratuitamente a los toxicómanos jeringuillas desechables.
Al final del episodio, y tras la misa en la catedral de San Mateo en Washington D. C. el senador renunciará tácitamente a su candidatura para apoyar al Presidente, y este hará suya la propuesta de luchar porque se siga repartiendo las jeringuillas entre los toxicómanos.