La localidad está situada a una altitud de 957 m sobre el nivel del mar[1][2] en una pequeña llanura entre los ríos Jarama y Sorbe.
Se accede al pueblo por una carretera entre pinos que crecen entre grandes cárcavas.
Su origen se remonta a la presura de finales del siglo XI y perteneció al Común de Atienza, hasta que se creó el Señorío de Beleña, al cual pasó a pertenecer.
La peste negra del siglo XIV acabó con la población, y en 1420 el pueblo fue refundado por los hermanos Juan Fernández Merino y Martín Merino.
Hacia mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 204 habitantes.