La belle ferronière es el título con que se denomina a un retrato del Renacimiento: hoy en el Museo del Louvre, posiblemente de la misma modelo que otro en el Museo Czartoryski de Cracovia, ambos atribuidos al pintor italiano Leonardo da Vinci.
Ella murió pronto y Francisco I no se curó jamás.
Está documentado en las colecciones reales francesas en Fontainebleau en 1642, lo que hace suponer, aunque no está confirmado, que fue adquirido ya en tiempos de Luis XII o Francisco I.
A juzgar por la posición que se puede ver en sus brazos, tiene las manos cogidas entre sí.
Gira levemente inclinando su cabeza hacia el espectador, signo de inocencia y curiosidad.
Son muchas las características que tiene en común este retrato con La dama del armiño.