La línea de Castilla fue una línea de telégrafo óptico diseñada en el siglo XIX por el ingeniero militar José María Mathé Aragua.
Esta línea comenzó a funcionar el 2 de octubre de 1846.
Contaba con 52 torres y empleaba como base de partida la anterior línea Madrid-San Ildefonso ideada por el marino Juan José Lerena y Barry y construida en 1832.
La línea de Castilla pasaba por Valladolid, Burgos, Vitoria y San Sebastián.
En la década moderada del reinado de Isabel II se construyeron tres líneas de torres ópticas en España: Estas torres telegráficas fueron abandonadas desde 1855 hasta 1857, sustituidas rápidamente por las nuevas líneas de telegrafía eléctrica.