Cuando empezaron a dispersarse, estas tribus ya conocían la metalurgia del cobre.
Eran los mismos que se encuentran entre los primeros criadores de caballos del mundo.
Se han hallado kurganes en las regiones habitadas por las poblaciones herederas de los protoindoeuropeos, notablemente protoindoiraníes, después iranios y, en particular, escitas.
Más al este, en Kazajistán, podrían llegar a tener 200 metros de diámetro.
A veces son estructuras muy complejas, con divisiones del espacio y cámaras internas, que conforman una macro-tumba con diferentes salas.