Poco después de su creación y hasta su abolición, al final del Imperio Otomano, el puesto fue ocupado por esclavos eunucos africanos negros, de ahí que fuera también referido como el Jefe Eunuco Negro.
[3] En la teoría legal otomana, se suponía que el sultán dirigía los asuntos de estado exclusivamente a través del gran visir, pero en realidad este acuerdo se eludía.
[4] Por ello el poder político del kizlar agha, a pesar de ser ejercido en la sombra, era muy considerable, influyendo en la política imperial y en ocasiones controlaba los nombramientos al gran visirato, o incluso interviniendo en disputas dinásticas y la sucesión al trono.
Beshir Agha fue un notable mecenas de la "época de los tulipanes" entonces floreciente en el imperio, y que se dedicó a "búsquedas intelectuales y religiosas" que según el historiador Jateen Lad "contribuyó a la consolidación del islam Hanafí y la ortodoxia suní en general".
[6] Vakifs designados para el mantenimiento de los sitios santos musulmanes habían sido establecidos por miembros de la corte otomana desde tiempos antiguos, y su administración había sido encomendada a departamentos especiales ya desde finales del siglo XV.
Los eunucos empezaban en el puesto de recluta ordinario (en unşunğı, literalmente "el más bajo", y acemi unğun, "el no entrenado"), y ascendían gradualmente a través de varios rangos, desde nevbet kalfa ("sustituto del reloj") a puestos veteranos en la guardia del harén.
Desde finales del siglo XVII, muchos antiguos titulares fueron nombrados para encabezar a los eunucos que guardaban la Tumba de Mahoma en Medina.
Como resultado, mientras servían en la corte los kizlar aghas a menudo cuidaban de prepararse para un retiro cómodo en Egipto comprando propiedades y estableciendo vakifs propios allí.
Así, y dada la importante función de Egipto en el aprovisionamiento de las dos ciudades santas, del que los kizlar aghas eran particularmente responsables mientras estaban en el cargo, los aghas y sus agentes (wakils) llegaron a desempeñar un papel muy importante en la economía del Egipto bajo dominio otomano.
[10] Las carreras de gran número de kizlar aghas se conocen por el Hamiletü'l-kübera escrito a finales del siglo XVIII por el estadista e historiador Ahmed Resmî Efendi, listando a los ocupantes del cargo desde Mehmed Agha (1574–1590) hasta Moralı Beshir Agha (1746–1752).