Desde 2003 hasta su muerte, Kim Jong-nam vivió en el exilio fuera de Corea del Norte.
Rumores nunca verificados responsabilizaron por la autoría intelectual del crimen tanto a la CIA,[1] como al propio gobierno norcoreano.
En un principio Kim dijo que se encontraba en Japón para visitar Tokyo Disneyland.
Actualmente Kim Jong-un, su medio hermano paterno menor, ha sucedido a su padre al mando de Corea del Norte.
[8] También en 2003 Hwang Jang-yop, antiguo secretario del Partido del Trabajo de Corea para asuntos exteriores que había desertado en 1997, indicó que Jong-nam habría perdido su oportunidad, indicando que el heredero debía ser hijo de una mujer amada por el mandatario, y en ese caso Jong-il amó más a Ko Yong-hee, madre de su medio hermano.
[9] La televisión surcoreana y el South China Morning Post informaron también en 2007 que Kim Jong-nam tenía un pasaporte portugués.
Pasados unos días regresó a Macao y no estuvo presente en el funeral para evitar especulaciones sobre la sucesión.
Informes iniciales mencionaron como posibles armas mortales alguna forma de spray envenenado o agujas.
Finalmente, se determinó que la mujer de Indonesia fue la autora material al acercársele por detrás y colocarle en el rostro un pañuelo impregnado con la sustancia.
La conclusión del caso permitió el restablecimiento de las relaciones entre Pionyang y Kuala Lumpur.