Según nuestra cosmovisión indígena, la Sierra Nevada de Santa Marta es considerada como una gran mesa, donde cada pueblo indígena que habitamos en este territorio es una pata que mantiene el equilibrio y la armonía en la Sierra.
Estos dos departamentos y la capital del país concentran el 98,46 % poblacional de este pueblo.
Por último su lema en la tradición de los siglos ha sido: El mundo se kankuamizará tarde o temprano.
Los indígenas kankuamos habitan desde tiempos remotos la Sierra Nevada de Santa Marta, comparten en este gran territorio, la historia ancestral y la cosmovisión del mundo con los pueblos indígenas Kogui, Arhuaco y Wiwa.
Esta concepción posee una fuerte dimensión espiritual y ancestral, ya que los mamos de los otros pueblos indígenas de la Sierra Nevada reconocen a los kankuamos como la pata faltante para el equilibrio de la Sierra: “miren ser kankuamo, eso es la pata que falta, y esa pata tenemos que restituirla.
[3] El mito de origen reconoce los cuatro pueblos indígenas: Arhuaco, Wiwa, Kogui y Kankuamo.