[6] Según la práctica familiar, Wolfgang y Anna María, su madre, intercambiaron muchas cartas con su padre y esposo Leopold Mozart, al parecer el manuscrito original se perdió pero en 1920 fueron halladas en el Mozarteum de Salzburgo las partes de un concierto para oboe, idénticas a las del Concierto para flauta n.° 2 en re mayor, K. 314/285d.Le regalé el concierto para oboe; se está copiando en la habitación de Cannabich."[7]En Mannheim, Mozart aprovechó de obsequiar el mismo concierto a Friedrich Ramm, oboísta principal de la famosa corte, esto lo describe en una carta que le envía a su padre:"El Sr. Ramm ha tocado (por un cambio) mi concierto para Oboe para Ferlendis por quinta vez.En pocas semanas lo interpretó cinco veces y llegó a oídos del flautista aficionado Ferdinand De Jean, un joven aficionado holandés que, tras conocer al autor, encargó a Mozart la creación de nada menos que tres cuartetos y tres conciertos para flauta.Retomando a Ramm, era tanta la admiración que tenía Mozart por Ramm que al año siguiente compuso la Sinfonía concertante para oboe, clarinete, trompa y fagot K. 297b para él y varios de sus colegas.La tonalidad de Do Mayor es cómoda para el oboísta, por otro lado Re Mayor, le garantiza al flautista, además de comodidad, virtuosismo, cosa que añadió con pasajes específicos.Cuthbert Girdlestone, comenta sobre esto en “Mozart and His Piano Concertos”: "La tonalidad de Re mayor, usada en muchas ocasiones por Mozart, es la tonalidad favorita para oberturas y piezas ocasionales en la música galante.Durante muchos años se sabía que Mozart había escrito un concierto para oboe para Giuseppe Ferlendis, puesto que en varias cartas Mozart había hablado a su padre de dicho concierto, pero nadie sabía cuál era su partitura original.