KV63 es una tumba descubierta en 2005 en la necrópolis faraónica del Valle de los Reyes en Egipto.
Recientemente una meticulosa investigación ha demostrado su total inocencia y que se trataba de meras calumnias sin fundamento alguno.
La cámara funeraria mide aproximadamente cuatro metros por cinco y, por lo que puede ser visto, tiene paredes blancas claras anepígrafas (sin jeroglíficos).
Se observan graves daños causados por las termitas en algunos de ellos, sin embargo otros parecen intactos.
Otras tres jarras parecen haber estado rotas ya desde la antigüedad en el borde o cuello inferior.
La mayor parte tienen tapas selladas intactas, pero no parecen tener ningún sello faraónico y sus contenidos están aún pendientes de examen y de una investigación profunda.
Un gran ostracon se rompió al forzar la entrada a la tumba, pero por suerte la ruptura fue limpia (solamente dos pedazos) y podrá ser fácilmente restaurado.
Hasta el momento no se han descubierto nombres, títulos o inscripciones de ningún tipo en los ataúdes.