Darányi, pertenecía a una familia de la minoría alemana que había adoptado el apellido recientemente.
[1] Comenzó su carrera política como föispán y más tarde fue secretario de Estado con Esteban Bethlen.
[3] Darányi se enfrentó a los radicales de una manera moderada: mientras prohibía a los grupúsculos más destacados, no terminó de aniquilarlos del todo, fomentando finalmente su crecimiento[12] con sus medidas dubitativas.
[14] El Gobierno de Darányi abolió también el sufragio público, pero mantuvo el censo extremadamente limitado —con el apoyo de las clases medias, que se oponían a extender el derecho al voto—.
[15] Tras las complicaciones por la invasión italiana de Etiopía, Italia perdió el interés en la alianza que mantenía desde los tiempos de Gömbös con Austria y Hungría,[18] permitiendo que su déficit comercial con los dos países creciese.
[15] Para aliviar la grave crisis económica, Hungría había aceptado acuerdos comerciales con Alemania en 1931 y 1934.
[15] Mientras Alemania se comprometía a adquirir una parte sustancial y cada vez mayor de la producción agrícola húngara, este país aceptaba de los alemanes el pago en especie, fundamentalmente en artículos industriales.
[25][26] Abandonada Austria a su suerte y con la anexión a Alemania inminente, Hungría había tratado de formar un bloque de países que debían limitar la influencia alemana o soviética —la «tercera Europa», en la que debían participar Polonia, Hungría, Rumanía, Yugoslavia e Italia—.
[36] Los dos países habían decidido coordinar sus planes de agresión a Checoslovaquia.
[36] Después de la visita a Hitler, Darányi permitió que las negociaciones con Praga se estancasen.
[36] El primer ministro alineó cada vez más śu política a la alemana, distanciándose de Francia, Gran Bretaña e Italia.
[43] La concentración internacional —en especial, la de la Pequeña Entente— en esta crisis, permitió a Darányi poner el marcha el programa armamentístico sin oposición.
[44] A finales de mes, el gabinete presentó en el Parlamento la legislación antisemita junto con el presupuesto y logró su aprobación.
[47] Esta ley, que definía a los judíos como grupo religioso y no racial, no admitía las conversiones posteriores a la caída de la república soviética y limitaba su número al 20 % de los empleados en la prensa, el teatro, la justicia, la medicina o las empresas de cierto tamaño.