José de Alcalá
Parece ser que el cabildo aprovechó un permiso del maestro para visitar a su madre para despedirlo y traspasar las obligaciones de forma interina al organista mayor, Francisco Saiz.[6] El magisterio transcurrió inicialmente sin incidentes, pero en febrero de 1664 se discutió que «[...] viendo las mensas de la fabrica y Pobo muy cargadas como están; si se procuraría aliviarlas dispidiendo la Capilla y que estubiera la iglesia un poco de tiempo sin ella hasta que se desempeñasse [...]».Una semana más tarde el maestro Alcalá suplicaba al cabildo que lo volviese a admitir.El cabildo, estando muchos capitulares ausentes, readmitió al maestro con su salario anterior y se acordó que no pudieran despedirlo de nuevo si no era con cedula et nemine discrepante.Tras una protesta de Alcalá, el caso acabó ante el Justicia de Aragón, que sentenció a favor del maestro: «que a dicho Joseph Alcalá no se le veje ni se le estorve en manera alguna el gozar del uso y posesión del magisterio de capilla».De esta forma, Alcalá renunciaba a sus agravios y el cabildo readmitía al maestro.[6][1] No consta que el maestro dejase música en la Catedral de Teruel.