Tras reponerse, se incorporó de nuevo al regimiento «Mallorca» en Mérida.
Cinco días después de alistarse fue nombrado cabo primero y, al mes, sargento.
Salamanca es un punto importante en el camino de las tropas napoleónicas desde Francia a Portugal, por lo que desde ese momento será el terror de los franceses que se mueven por los campos salmantinos.
Como oponente al régimen absolutista, conoce varios periodos de prisión y confinamiento.
Encontrándose confinado en Etreros (Segovia) sufre la pérdida de dos hijos y en 1832 muere él mismo.