Trabajó duro y en 2 meses ya dominaba lo suficiente como para poder predicar en bretón.
Maunoir continuó sus estudios teológicos en Bourges con Louis Lalemant, seguidos de un año en Rouen.
Maunoir decidió seguir los métodos empleados por Le Nobletz con los pobres trabajadores, campesinos y pescadores de la península.
Maunoir trabajó como misionero entre el pueblo bretón durante 43 años con 400 misiones y logró dar un significado cristiano a lo que se habían convertido en costumbres piadosas.
[3] Maunoir, junto con Bernard, congregaron de 5,000 a 10,000 personas en cada misión y en ocasiones hasta 30,000.
Según algunos contemporáneos, los feligreses debían reservar una cita para el confesionario con diez días de antelación.
El clero bretón cooperó con los jesuitas y se sometieron espontáneamente a la rigurosa disciplina que les impuso Julián.
Estaba a punto de iniciar otra misión en Scrignac, cuando se sintió morir.
[5] Ha sido nombrado por diversas personalidades como “El apóstol de la Bretaña”, o “Buen padre”.