En ellos se encuentran referencias a la vida y las experiencias de judíos en Persia.
En el libro de Esdras se recoge que los reyes persas permitieron salir a los judíos para establecerse en Jerusalén y reconstruir su templo, lo que pudo hacerse gracias al "Decreto de Ciro II el Grande, Darío I y Artajerjes I."
[5]En los últimos años, los judíos persas se han asimilado a la población israelí, por lo que es difícil obtener una cifra real.
Históricamente, los judíos han residido en muchas ciudades iraníes, siendo este el país musulmán con un mayor porcentaje de población judía.
Durante el apogeo del Imperio persa, se estima que el 20% de la población era judía.
Por otro lado, en Irán residen personas descendientes directas de judíos convertidos al Islam o a la Fe Bahai.
El edificio original que albergaba la sinagoga se completó a principios de 1950.