De allí fue promovido en 1608 a presidente y gobernador de Nueva Galicia.
[4] En 1611 volvió a España, sentando plaza en el Consejo de Indias[5] y en el Consejo de Cruzada.
En 1618 fue nombrado caballero de la orden de Santiago y consejero del Consejo de Castilla, y se le envió a los Países Bajos españoles en calidad de superintendente de la justicia militar y miembro del Consejo de guerra de Flandes, donde en aquellos tiempos los tercios españoles libraban la guerra de los ochenta años contra las Provincias Unidas.
[6] En 1622 regresó a la península, donde el nuevo rey Felipe IV le encargó interinamente la gobernación del Consejo de Indias, vacante tras la muerte de Fernando Carrillo; en julio de 1624 fue nombrado presidente titular.
[5] En enero de 1626 fue trasladado al Consejo de Estado, haciéndose cargo de las dos secretarías de Norte e Italia que hasta entonces habían estado encabezadas respectivamente por Andrés de Prada y Juan de Ciriza hasta su muerte, ocurrida a principios de 1630.