Juan de Villatoro

Por aquellas fechas, el marqués de Cañete había sido nombrado virrey de Perú y cuando iba a su gobernación conoció a Ursúa en el istmo panameño y le ofreció un alto cargo en su demarcación virreinal, pero antes le encargaba deshacer una conjura de negros cimarrones que se habían hecho fuertes en las selvas panameñas y asaltaban y mataban a los españoles que osaban andar por aquellos lugares.Un día, Villatoro conversaba intranscendencias con un tal Pedro Alonso Casco quien había sido alguacil de Ursúa.El tirano Aguirre, sin razonamientos ni contemplaciones, manda que le den garrote a los dos; pero cuando iban a ajusticiar a Villatoro, la providencial aparición de don Fernando de Guzmán (el que había designado Aguirre, como rey de su futuro imperio) le salva la vida.Pero Aguirre no descansaba, y según él, por las noches dormía con un ojo abierto para descubrir a los traidores.Terminado el periplo amazónico, salen al mar y enfilan hacia la isla Margarita, donde Aguirre continuará con sus crímenes.