Juan VII el Gramático

La hermana de Juan fue la madre del posterior patriarca Focio.

En 814 ya se había convertido en teólogo iconoclasta e higúmeno o abad laico del prestigioso Monasterio de San Sergio y San Baco (actualmente Pequeña Santa Sofía), y el emperador León V lo eligió para dirigir un comité que recopilara textos patrísticos para respaldar esta posición teológica en preparación del sínodo de 815 que había de derogar la iconodulia y proclamar la iconoclasia.

Esto le supuso a Juan ser muy atacado y demonizado por los posteriores iconódulos, al haber sido la cabeza visible del segundo iconoclasmo; fue acusado incluso de impiedad y de haber practicado la magia.

La verdad es que, junto con el emperador Teófilo, luchó contra el paulicianismo, herejía que había adquirido gran fuerza sobre todo en los themas o provincias del este del Imperio, y lo lograron frenar, aunque no ocurrió lo mismo con la iconodulia, por más que persiguieran con furia a los adoradores de iconos, cerrando conventos y encarcelando monjes.

Siempre al servicio de Teófilo, hacia el año 830 fue enviado como embajador a la corte del califa abasí Al-Mamún, aunque no pudo hacer mucho para evitar un periodo de guerra encarnizada entre el Imperio Bizantino y los abasíes.

Juan VII de Constantinopla o el Gramático, representado con un demonio en un portamonedas iconódulo