Durante sus estudios asimiló las nuevas enseñanzas del humanismo que había ayudado a extender por la zona Gregorio Mayáns y Siscar.
En la Chancillería estuvo hasta 1812, donde mantuvo como magistrado un activo papel de reformas ilustradas que le valieron un expediente instruido por la Inquisición.
Remite a Godoy un informe sobre la educación en España que le granjeará su enemistad.
En 1801 comienza a publicar su obra Biblioteca Española Económico-Política, que terminará en el cuarto tomo en 1821.
Sin embargo, su espíritu ilustrado le llevó a vivir una contradicción entre la defensa de la nación y los nuevos aires traídos por los invasores.
No obstante, mantiene sus convicciones e ingresa en la Real Academia de la Historia.