[13] Durante la navegación hacia las islas un temporal había separado a la nave capitana del resto de la escuadra.
Se puso en contacto con los británicos y estos lo amenazaron con atacarlo si no abandonaba el lugar.
Madariaga ignoró las amenazas y, en cambio, envió un emisario con obsequios al gobernador.
La estrategia le permitió a Madariaga tener el detalle preciso de las defensas británicas.
[14] Allí decidió esperar la llegada del resto de su escuadra y entró en conversaciones con los británicos.
[17] Decidido a llevar adelante su misión, Madariaga dio la orden de comenzar el ataque.
Mientras tanto, las fragatas Santa Rosa e Industria desembarcarían tropas y cañones para atacar el fuerte desde tierra, en palabras de Madariaga: «al abrigo del humo de la cerrazón, y del espanto».
Desde el fuerte ondeó la bandera blanca y un oficial británico le solicitó la capitulación a las fuerzas de tierra al mando del coronel Antonio Gutiérrez.
[21] Tras esta acción militar, el Reino de España hizo efectivo su control del archipiélago malvinense.
[22] El 30 de junio, Madariaga partió hacia España en la fragata Santa Catalina como comandante y portavoz para informar a la corona española sobre lo sucedido en las islas.