Juan Gil (trinitario)

Es por esta razón por la que destacamos aquí la noticia de su redención.

Pedro de Bilbao y los definidores fr.

Juan Gil se dio buena maña para ocultar 2.415 escudos de oro.

Un turco quiso robarles y llegó a romper una de las arcas con 8.000 ducados, pero no consiguió llevarse todo, ya que alguien avisó a los redentores.

Hasta finales de julio rescataron 98 más, entre los que había dos frailes trinitarios, Antonio Munera y Diego López, por los que pagaron 450 y 110 doblas respectivamente de las limosnas propias de la Orden.

Los redentores llevaban adyutorios para muchos cautivos pero tras muchas idas y venidas por toda la comarca no los encontraron, la mayoría habían sido embarcados como esclavos remeros en los barcos turcos que llegaban a la ciudad.

Antón de la Bella rumbo a España en la nave Santa María y San Nicolás junto al escribano real Pedro de Anaya, pagaron al patrón del barco dos doblas por cada pasajero y llegaron a Valencia el 5 de agosto.

De vuelta en el convento comieron todos y se les dio patente de estar rescatados, partiendo después cada uno a su tierra.

Juan Gil siete meses y medio en Argel, y solo pudo rescatar 42 cautivos más, pues se le agotó el dinero.

En total se habían rescatado 186 cautivos (fueron 185 pero se pagó por Francisco Meneses que fue rescatado bajo su palabra en 1578 y que por medio de Juan Gil mandó a Hassan Bashá los mil ducados prometidos).

Allí organizó cuatro planes de fuga para él y sus compañeros.

Al segundo intento, el rey obligó al amo de Cervantes a que le cediera por 500 escudos un esclavo tan peligroso.

Juan Gil entabló amistad con Miguel de Cervantes pero el rescate resultaba complicado porque su amo, que no era otro que el mismo rey-gobernador, y que había terminado su gobierno en Argel y se disponía a regresar a Constantinopla, pedía lo mismo que por él había pagado.

En el último momento, casi a punto de partir, fr.

Fr. Juan Gil libera a Miguel de Cervantes
Acta de la redención de Miguel de Cervantes