Pertenece a una familia obrera cuyos padres, Juan Genovés Cubells y María Candel Muñoz, poseen contextos familiares diversos.
Genovés no encontraba su camino en el arte complaciente impulsado en la facultad, ni en propuestas como las de la agrupación El Paso,[7] grupo vanguardista más reconocido en la España de posguerra debido a que su lenguaje abstracto parecía no interpelar a la dictadura franquista.
Este grupo concebía el trabajo pictórico como elemento estrechamente vinculado con la posición civil y política del artista.
Sus obras se sumaban a las reivindicaciones sociales defensoras de los derechos civiles, negados por el régimen franquista.
[2] En 1965 se produce un hecho paradigmático en su historia como pintor y en su relación con el régimen dictatorial, pues realiza una exposición individual en la Dirección General de Bellas Artes, actual Biblioteca Nacional en Madrid, entendida como una auténtica provocación a la dictadura, lo que hizo que el comisario, Pepe Escassi, perdiera su puesto oficial y que a Genovés no le volvieran a ofrecer una exposición individual en una institución pública hasta el año 1983.
[6] A la muerte de Franco, y durante el periodo convulso conocido como la Transición española, Genovés participa en intervenciones muralistas reivindicativas, y como militante del Partido Comunista se mantiene en la lucha antifascista junto a otros pintores, creando imágenes para ese partido todavía ilegalizado.
[7] Tras probar brevemente diferentes estilos, el pintor valenciano se dirige progresivamente hacia una pintura figurativa.
Siempre he querido estar cerca de la gente, siempre he buscado la comunicación.» Juan GenovésSu continuo compromiso social por retratar a aquellas personas que luchaban contra la dictadura franquista, permite seguir el desarrollo histórico y las consecuencias de la represión a lo largo del segundo franquismo (1959-1975).
[20] Este cambio vincula el arte de Genovés a lo que se ha llamado realismo político.
[7] Su trabajo se concentra en el individuo y la multitud,[13] algo que perdurará a lo largo de casi toda su producción.
Muchas de sus imágenes simulan ser tomadas con un teleobjetivo[18] desde la distancia, manifestando así esa deshumanización con la que la dictadura ejerce la opresión a la sociedad.
[20] La utilización de tonos apagados, sepias o grises colabora con la emoción tensa y horrorosa que Genovés presenta.
El estudio sobre la multitud comienza a desarrollarse en esta primera fase de su obra.
Genovés aterriza la mirada presentando al receptor de su obra frente a las agresiones individualizadas.
Con él se pretendía reivindicar la amnistía de los presos políticos por la dictadura franquista.
Las obras de esta serie están en su mayoría vacías de vida humana, representan nocturnas ciudades desiertas para expresar la desolación y angustia surgida del nuevo ambiente que se respiraba en el país.
[7] En estas dos últimas décadas,[31][32] Genovés continúa trabajando con las figuras que se interrelacionan formando masas dispersas y agrupadas.
[33] Un ejemplo de ello es Linde,[32] en el que se presenta un lienzo dividido por una roja y abrupta línea, donde la multitud representa una tensión incómoda por sentirse atraída hacia ese franja, pero a su vez obedecer sumisamente y no cruzarla.
[22] De este modo, observando el lienzo se puede palpar un poder represivo que cuestiona la existencia del libre albedrío.