Juan Benigar

[1]​ Fue además un visionario ya que muchas de sus sugerencias y estudios encuentran plena vigencia en nuestros días.[1]​ Tras permanecer un poco más de un año en Cipolletti, se dirigió a pie hasta Colonia Catriel (Río Negro).[8]​ Permaneció en esa ciudad hasta concluir sus estudios iniciales y rendir el Bachillerato Gimnasial o Humanista en 1902.Posteriormente se trasladó a la ciudad Graz (Austria) por Cuatro años y luego permaneció en Praga (Rep.[12]​[15]​[13]​[14]​ Allí conoció a una aborigen pampeana, la excelente Eufemia Barraza Sheypuquin,[3]​ sobrina del cacique Cipriano Catriel, con quien se casó al poco tiempo.Ñancú, Laura (Dugutrayén), Marta (Ayerupay), Juan (Llancá), Aníbal (fallecido), Eufemia (Quinturupáy), Alejandro (Manqué), Elena (Kallvurray), Ambrosio (Millañancú), Feliciano (Huenumanqué), Cipriano (Mariñancú), María Ceferina (Gumaray).Su comprensión cada vez más amplia de la idiosincrasia del indígena iba dando solidez a sus conocimientos sobre la cultura nativa.[14]​ En 1938, Juan Benigar se casó con Rosario Peña, de la comunidad mapuche, en Ruca Choroi, Aluminé, Neuquén.Con ella tuvo cuatro hijos: Pitágoras (Huemullancá), Sócrates (Quintullancá), Leucadia (Millerallén) y Magdalena (Ayarallen).No sé qué admirar más, si su sorprendente capacidad para este género de estudios, o su fuerte ser moral...».El juez de paz, Ernesto Gary, lo convenció mudarse a Catriel, en donde lo utilizó en diversos trabajos.Vivía en tal miseria que muchas veces comía solo el arroz cocido, y de noche se hacía lavar su único pantalón-bombacha.Siempre decía: "La persona honesta, que mantiene la palabra, no necesita papeles y contratos escritos".[13]​ En el año 1939 salió la ley por la cual todas las familias indígenas, más de quinientas, debían trasladarse.Benigar empeñó todo su talento y capacidad en la defensa de las familias indígenas contra los funcionarios estatales.[8]​ La obra de Benigar también tuvo impacto en la destacada poeta e investigadora neuquina Irma Cuña acaso por el contacto con la producción del lingüista croata, cuyas libretas comenzó a estudiar con Rodolfo Casamiquela, que por esa época tuvo influencia en su propia obra y se profundizó así su búsqueda hacia el pensamiento utópico latinoamericano.Parecía increíble que un hombre pudiera abarcar con tanta solvencia temas tan diversos, aunque relacionados, en mayor o menor medida, con el hábitat de nuestra región.Escribió un diccionario polilingüe, de trece idiomas comparados, que una crecida del río Colorado se llevó para siempre.[15]​ En 1983, se dio cumplimiento a la cláusula testamentaria que indicaba la voluntad de Don Juan de ser enterrado «cajón con cajón» con su segunda esposa Rosario Peña y con su primera y amada Sheypuquiñ, que yacía en un casi olvidado cementerio indígena.[8]​ Los manuscritos, aún inéditos, y el corpus documental que los acompañaban, no tuvieron mejor suerte.Poco después de su deceso, dos funcionarios públicos se apersonaron en Poi Pucón la por entonces encargada del Museo Regional Daniel Gatica, con un juez de Paz, retirando el material, manuscritos y biblioteca, esgrimiendo una inexistente donación al antes mencionado museo, registrada con su propio puño y letra.[13]​ Como afirmara Benigar el carácter aglutinante de la lengua araucana, manifiesto en la proliferación de partículas, libres o afijas, "breves vocablos, mono y disílabos, de significado adverbial que con facilidad se verbalizan, ya aislados, ya en unión con otros vocablos y partículas, o se unen a otras dicciones para formar compuestos adverbiales, adjetivos y sustantivos, matizando conceptos más generales" (ibid.Su elasticidad hace recomendable a todos los versificadores el consejo de que se hagan araucanos.Hay muchas partículas que elegantemente llenarán los vacíos sin necesidad de estropear la lengua" (en Álvarez, 1983:204)".Corridos de fogón a fogón, nómades a nuestro pesar, enterramos un hijo malogrado aquí, la mujer amada cien leguas más allá y los que quedamos no sabemos en que enormes extensiones serán diseminados nuestros restos.Quizás sea esto un justo castigo para quienes, faltando a la tradición milenaria para seguir tras ilusiones de la juventud, abandonamos nuestros dioses familiares».Ha experimentado y sigue soportando en su propia carne los más de los males que aquejan a esta sufrida población.El mismo padre Salesiano José Peterlin, citado anteriormente, lo afirmaba: «Ideológicamente era un adepto de la escuela teosófica.[13]​ Carlos Ortiz alegaba al respecto: «...hay una versión, que andando, no me acuerdo en este momento, con una personalidad ahí adentro del pueblo de Aluminé, andaban a caballo los dos, por atrás de un cerro, y Don Juan dice: «en otra época... yo he andado por aquí»; ellos (los teósofos) creen en la reencarnación...».[20]​ Alejandro Finzi, obra teatro: “Benigar” en "personajes y sucesos patagónicos son universales"[19]​ y "La Patagonia como un escenario fértil", donde el dramaturgo estrenó en Francia “Benigar”, donde retrata a uno de tantos espíritus libres que se afincaron en el sur argentino.
Juan Benigar Joven
Juan Benigar con sus padres y hermanos en Europa
Juan Benigar e hijos 2
Juan Benigar e hijos 1