3 años más tarde, obtuvo una capellanía en el mismo lugar, pero lo renunció en 1759 porque se trasladó a la capilla musical de La Soledad en Madrid.
En la capital tuvo la oportunidad de ampliar sus conocimientos musicales, sobre todo en canto y composición.
[2] En esta etapa de su vida inició los trámites para acceder a las órdenes sagradas.
Así, el músico bilbaíno ocupó ese cargo hasta el año 1779, que acabó renunciándolo por su mala salud.
[1] Respecto a su legado musical, se han hallado doce composiciones (algunas incompletas) repartidas por diferentes catedrales, santuarios y archivos: