Juan Antonio Aldama Irabien

En 1823, finalizado este período y con Fernando VII reinstaurando el absolutismo en lo que se conocería como la Década Ominosa, Aldama fue desterrado en Mallorca primero y en Vitoria después, así como despojado de sus grados y condecoraciones.

[1]​ No fue hasta 1830 cuando se le devolvieron dichos méritos, después de una amnistía favorecida por el nacimiento de la futura reina Isabel II.

En agosto de 1838 ascendió a teniente general.

[1]​[2]​ En 1839 fue nombrado capitán general de las Islas Baleares[1]​ y en 1840 de Madrid, año en que fue elegido senador por las Islas Baleares y en 1858 senador vitalicio.

Ante esta situación, solicitó licencia para salir al extranjero y marchó a Marsella.