Josefa Toledo de Aguerri

[4]​ En 1919 fundó la Escuela Femenina de Prensa una escuela nocturna para mujeres trabajadoras urbanas financiada por periódicos del occidente de Nicaragua con casi trescientas alumnas matriculadas en los primeros meses.Dado el éxito el propio Ministerio de Educación decidió participar también parcialmente en su financiación.[4]​ En esa época ella misma viajó a áreas remotas para evaluar la calidad de la educación rural y realizó disertaciones para mejorarla.Durante casi cincuenta años Josefa Toledo estuvo al frente de cinco colegios diferentes para mujeres jóvenes en Nicaragua.Estas escuelas además eran focos de eventos culturales, intelectuales y sociopolíticos del país.[3]​ Entre los eventos organizados estaba la interpretación de obras teatrales con textos que la propia Josefa Toledo escribía.[3]​ En su trabajo y sus publicaciones teorizó de forma implícita sobre la llamada educación participativa o interactiva.Implicada en las luchas feministas de su tiempo, Josefa Toledo defendía para las mujeres los mismos derechos que los varones: estudiar, trabajar, ser profesionales, votar en las elecciones, participar en la vida política o estar en puestos de dirección.[4]​ Este posicionamiento tuvo su difusión en las publicaciones periódicas Revista Femenina Ilustrada (1918-1920) de la que fundadora y Mujer Nicaragüense (1929-1930).[2]​ Se autodefinía como una feminista conservadora, pero sus planteamientos eran demasiado liberales o “atrevidos”, tomando en cuenta la época que le tocó vivir, señala en su análisis sobre el voto femenino en Nicaragua la periodista investigadora Rosario Montengro.[2]​ En 1938 planteaba: “Una de las características del feminismo es considerar a la mujer idónea para encontrar en ‘sí misma su medio y su fin’.A igual tratamiento político que el hombre A gozar de igualdad en el orden civil A las más amplias oportunidades y protección en el trabajo y Al más amplio amparo como madres Josefa Toledo escribió sobre pedagogía, era una ensayista teórica de la enseñanza y fue autora de teatro escolar.[cita requerida] Como reconocimiento a su trabajo pedagógico en 1935, se decidió erigir un monumento.Con motivo de la concesión del reconocimiento, intelectuales, amigos y admiradores, le dedicaron un "Libro de Oro", entre ellos el unionista centroamericano Salvador Mendieta, Modesto Barrios, el historiador Sofonías Salvatierra, Ramón Romero, Hernán Rosales, Hildebrando A. Castellón, el profesor y biógrafo de Darío Edelberto Torres Espinoza, el intelectual Guillermo Rotschuh Tablada y quien fuese ministro de Educación Modesto Armijo.Recuperado fue depositado en el colegio que llevaba su nombre, aceptando la empresa propietaria del vehículo pagar los gastos de su restauración.