Sucedió inesperadamente en todos los títulos, bienes y señoríos familiares en 1818, por fallecimiento de su sobrina Francisca, XI duquesa de Híjar, hija de su difunto hermano Agustín, X duque.
Sucedió en este cargo al conde de la Puebla del Maestre.
Tras la muerte del Rey continuó sirviendo la sumillería de corps de la Reina Isabel II hasta el año 1854, en que solicitó ser relevado por su avanzada edad.
Al morir Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, se abrió un período de incertidumbre para el Museo, pues la colección del Rey pasaba a manos de sus hijas, la Reina Isabel II y la Infanta Luisa Fernanda, lo que la abocaba a ser tasada y dividida entre ellas.
El duque de Híjar, como albacea testamentario del monarca fallecido, realizó una gran labor para solucionar el problema, y finalmente la colección íntegra fue donada al Museo.