Labrador de oficio, debido a sus escasos recursos económicos tuvo que emigrar a Estados Unidos en 1917 donde trabajó en la construcción de carreteras y residió intermitentemente entre 1917 y 1925.
Durante los difíciles tiempos de la Guerra Civil tuvo una actuación ejemplar, honrosa y humanitaria, y no permitió ninguna muerte violenta en el término municipal de Tormos como así se recoge en la "Causa General" o investigación judicial franquista realizada entre 1940-1969 sobre los crímenes cometidos en la "zona roja" durante la guerra.
En esa misma fecha fue conducido a una prisión provisional instalada en los antiguos almacenes de pasa "Morand" en Denia, reconvertidos en escuela primaria durante la II República y situados en la actual calle del Mar.
En una de sus varias declaraciones, recogidas en el sumario del proceso judicial contra José Perelló Torrens, el religioso califica el proceder del alcalde durante la Guerra Civil como el de “un buen cristiano y perfecto caballero”.
Han recibido también este mismo reconocimiento, entre otros, personalidades como Miguel Hernández.