Cursó sus estudios básicos en un colegio jesuita de La Habana.
[2] En 1874 abandonó el ejército cubano y marchó a la República Dominicana.
[2] Poco después pasó al Perú, donde radicaría en los siguientes cuarenta años de su vida.
[1] Concluida la guerra, contribuyó a la reconstrucción económica de su país adoptivo, que se hallaba sumido en los escombros.
Fue el artífice del establecimiento del patrón de oro en el sistema monetario (1897), que se tradujo en la creación de la libra peruana.