José Niebla García

José Niebla García trabajaba como fogonero en una draga en el puerto de Vigo.

En la cima del monte, José y Ángela fueron ejecutados mediante disparos por la espalda en un acto de brutal represión, destinado a desincentivar cualquier resistencia o solidaridad hacia los perseguidos.

Su muerte se convirtió en un símbolo de la violencia religiosa y política que sufrió la comunidad evangélica en Galicia durante el franquismo.

Su caso se ha convertido en un símbolo de la represión sufrida por los protestantes y otros disidentes, quienes, debido a sus creencias y actividades humanitarias, enfrentaron un fuerte acoso en una época marcada por el nacionalcatolicismo.

En 2010, una placa conmemorativa en su honor fue instalada en el Monte da Guía en Vigo, lugar de su ejecución, como homenaje a su vida, su solidaridad hacia los perseguidos y su trágica muerte.