Ya en Buenos Aires se dedicó al comercio en su almacén de ramos generales.
Producida la primera invasión inglesa al Río de la Plata, fue parte del complot para minar el Fuerte y la Recoba.
En efecto, en la mañana de ese día arribaron a Perdriel desde la cercana ciudad de Buenos Aires cincuenta voluntarios de refuerzo conducidos por el cabo Juan Pedro Cerpa, algunas armas y municiones recolectadas en la casa del comerciante Santos Incháurregui, y las mencionadas carronadas, al mando de Miguel Ezquiaga y Pedro Miguel Anzóategui.
Ezquiaga sobrevivió a la derrota y pocos días después participó de las acciones que llevaron a la reconquista de Buenos Aires.
Dispuso su libertad el brigadier Bernardo Lecocq pero su participación en el movimiento continuó afectando su carrera e intereses.