[1] Estuvo muy vinculado a Guipúzcoa de donde era originario su padre y por su mujer.
[6] El mayor cargo lo desempeñó durante la Segunda República, siendo subsecretario del Ministerio de Estado.
[7] En un informe de 1943, El problema hispanoamericanista tras la guerra civil, expuso su análisis de la situación política en América y un programa de acción, en el que defendería la conveniencia por parte de España de enfatizar una naturaleza católica del régimen franquista —que ayudaría a enlazar con un «pasado glorioso»— para diferenciarse de la Alemania nazi o la Italia fascista.
[9] Hacía gala de un filosefardismo —diferente del filosemitismo— que convivía con su antisemitismo,[10] llegando a describir a los judíos como usureros y avaros, aunque, siendo los sefardíes, para Doussinague, superiores a los askenazíes.
[18] En su faceta como historiador mostró interés por el reinado de los Reyes Católicos.