En 1810 acompaña al rey José I en una viaje al sur; con la derrota de los franceses se exilia a Francia y en Toulouse, 1814, traduce la Idea sencilla de Juan Escóiquiz con notas y pasajes censurados.
Siguió traduciendo y estrenando piezas teatrales en la estela de la comedia neoclásica moratiniana, muchas de ellas versiones del francés, imitaciones o plagios apenas disimulados.
Editor principal del Correo Literario y Mercantil entre 1828 y 1831 y fue fundador y director de Cartas Españolas (1831-1832), una revista literaria que comenzó a publicarse el 26 de marzo tres veces al mes con 24 páginas, y que a partir de 1832 fue semanal; llevaba grabados –fue el primer periódico español ilustrado- y era muy superior a todas las revistas que le habían precedido literariamente: el género literario del costumbrismo nace en él con los artículos de Ramón Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón.
El 7 del mismo mes ya había fundado y dirigía el primer número de La Revista Española una continuación de las Cartas adaptada a nuevas circunstancias; tuvo un papel político importante entre 1832 y 1836; salía dos veces a la semana con ocho páginas, hasta que el 1 de abril de 1834 se hizo diario con cuatro páginas.
Carnerero también cultivó la poesía, sobre todo de tema circunstancial e ideológicamente acomodaticio, para cualquier partido en el poder y siempre favorable a la majestad real.