Se encontraría mandando la artillería en el desastre de Rancagua.
Durante la Reconquista, se mantuvo en Chile en la clandestinidad.
Al regresar a Chile, fue ascendido a general de brigada y emprendió algunas campañas en el sur para terminar con la banda de los hermanos Pincheira.
El general Francisco Antonio Pinto lo designó ministro de guerra, pero él se mantuvo alejado de los asuntos políticos.
En 1838 fue enviado a España para celebrar el tratado de amistad y paz, que implicaba el reconocimiento de la independencia chilena.