La baraja estaba formada por 42 cartas en las que se mostraba a siete familias de diferentes partes del mundo: familias bantú, mejicana, árabe, esquimal, china, india americana y tirolesa.
La iniciativa fue muy criticada y la empresa Fournier volvió a editarla en su formato original.
Entre ellos está la colección Mini-troquelados, que cuenta con veinticuatro títulos entre los que se encuentran cuentos clásicos como Pulgarcito, La Cenicienta, Caperucita Roja, La Bella durmiente, Blancanieves o el Gato con botas y otros completamente inventados: El bombero, La colegiala, El futbolista, La enfermera o El marinero, entre otras.
[12][13] También diseñó tarjetas de felicitación navideñas, con ilustraciones más estilizadas y delicadas.
[3]Realizó algunas pinturas murales como un mapa del mundo para la fábrica Heraclio Fournier y otras en un orfelinato de Logroño[11].