Ayudó eficazmente a su amigo el general Felipe Salaverry quien ofreció bajo palabra de honor al Coronel Ortiz, que haría de Chiclayo una provincia.
El Coronel Ortiz se distinguió por su altruismo y filantropía, pues consiguió que se distribuyan los terrenos baldíos que conforman hoy las manzanas comprendidas entre las calles Balta, San José.
Tras el desborde de una acequia, acogió a los damnificados y les donó alimentos.
Sus restos sepultados en Lima fueron trasladados a su tierra natal el 28 de febrero de 1956.
Está enterrado actualmente en el cementerio El Carmen de Chiclayo.