Fundó y dirigió, a veces simultáneamente, varias publicaciones periódicas con frecuencias de aparición entre diaria y quincenal que en muchos casos disfrutaron de una vida efímera.
Las más importantes son El Heraldo Médico, periódico universal de medicina, cirugía, farmacia y ciencias auxiliares que apareció entre noviembre de 1852 y 1855.
En 1857, bajo la protección del general Narváez, obtuvo acta de diputado por Guadix (Granada).
Tras esos hecho se fue a Cuba, donde permaneció como gobernador político de La Habana entre 1867 y 1868.
Su carrera política se vio truncada por el derrocamiento de Isabel II.