José Ferraz y Cornel

Sentó plaza como cadete en el Regimiento de Dragones del Rey el 26 de mayo de 1808, -con una dispensa especial del general Palafox dada su cortísima edad-, defendiendo Zaragoza de las tropas francesas en los dos sitios que sufrió en 1808-1809.

Al capitular la ciudad, se negó a servir en las filas napoleónicas y fue conducido prisionero camino de Francia, aunque logró escaparse antes de cruzar la frontera y se escondió en la sierra de Alcubierre hasta que pudo reincorporarse de nuevo al ejército español del general Blake que operaba en Valencia, en cuya zona combatió el resto de la contienda.

Afín a los postulados doceañistas, durante el Trienio Liberal estuvo destinado como oficial primero en la Secretaría de Despacho de la Guerra, recibiendo la licencia definitiva del Ejército al reponerse en 1823 el absolutismo fernandino.

En 1851 fue designado senador vitalicio por la reina Isabel II.

Entre otras distinciones, recibió la gran cruz de las reales órdenes de Carlos III e Isabel la Católica.