Al comienzo de su carrera, desempeñó las funciones de secretario particular del gobernador Luis Mier y Terán, y posteriormente diputado por el Congreso Local.
A partir de entonces radicó seis años en Nueva York.
Colaboró con brillantez en el periodismo nacional y en revistas especializadas en materia jurídica.
[3] El político y diplomático mexicano Emilio Óscar Rabasa fue uno de sus nietos.
Justo Sierra apuntó esta síntesis laudatoria sobre el autor: "Escribe bien; es una cosa notable; se parece a Galdós", y aun José María de Pereda -aunque no se identifica la fuente- lo reputaba superior a Altamirano.